El Castillo de Spiš, construido por los húngaros, se encuentra en la cima de una montaña de toba de 634 metros sobre el nivel del mar. Las murallas del castillo, de 20 a 40 metros de altura en diferentes áreas, hacen que el castillo sea inaccesible. Los residentes locales lo llaman «un lugar inaccesible e inalcanzable». Las excavaciones arqueológicas en esta zona revelaron rastros de la cultura Bukovogorsk, y el antiguo asentamiento de la cultura Pukhovskaya, que data de la Edad de Hierro temprana, fue construido sobre un macizo rocoso.
En el siglo XI, el Castillo de Spiš fue fundado en la cima de la montaña, sobre los restos de un asentamiento celta. El castillo fue posteriormente reconstruido y ampliado en el siglo XIII. Logró repeler el asalto mongol en 1241 gracias a las fortificaciones creadas por el preocupado Rey Béla IV.
A lo largo de los siglos, el castillo ha pasado por muchos propietarios y familias gobernantes, y ha sido objeto de renovaciones y ampliaciones. En 1993, el Castillo de Spiš fue incluido en la Lista de Patrimonio Mundial de UNESCO. Actualmente, está en marcha el proceso de restauración de las fortificaciones del castillo.