Toro es un pequeño pueblo italiano con una población de 1.250 habitantes situado en la provincia de Campobasso en la región de Molise.
Los orígenes del pueblo se remontan a la temprana Edad Media. En el siglo XI, a través de una generosa donación de Roberto di Tristayno, señor de Limosano, el pueblo, junto con todas sus propiedades asociadas, pasó a ser posesión de la Abadía de Santa Sofía en Benevento. Permaneció bajo el control de la Iglesia hasta 1785, cuando fue tomado por la Oficina de Bienes del Estado Real.
A lo largo de su historia, Toro ha enfrentado varios desafíos, incluida la devastadora plaga de 1656, que se cobró la vida de aproximadamente cuatrocientas personas de una población de alrededor de mil habitantes, y el terremoto del 26 de julio de 1805, que afectó a toda la región, provocando aproximadamente trescientas muertes.
En 2002, Toro también sufrió daños por un terremoto que golpeó a Molise, con su epicentro cerca de San Giuliano di Puglia.